Estimados/as, les comparto un compilado de 10 minutos del programa El ladOculto (canal 20 de TCC, conducido por Gerardo Sotelo) con el filósofo Sandino Núñez (guionista y conductor del programa Prohibido Pensar, televisado por TNU) como invitado -y con breves intervenciones del filósofo rumano/argentino Tomás Abraham y de quien escribe estas líneas- teniendo como centro de reflexión el vínculo entre filósofos, actualidad y medios de comunicación, y el rol del filósofo, del intelectual en general, en tiempos de la post-modernidad. El debate, pues, queda abierto y les invito a continuarlo en este espacio (en esta misma entrada del blog, al final, se reproduce el video del programa. También pueden reproducirlo directamente desde este link:
http://www.youtube.com/watch?v=paoC2lJCl_4 )
Algunas preguntas que quedan flotando por allí son: ¿debe la filosofía, el filósofo, vincularse particularmente con la cotidianeidad, con los problemas de su tiempo y contexto, con la actualidad y los problemas sociales emergentes? ¿Es posible –y de qué manera- que se dé un vínculo fluido y fructífero entre filósofos y medios de comunicación? ¿Los medios de comunicación juegan –o deben jugar- en alguna medida un rol de gestores de pensamiento crítico en la comunidad o su finalidad es simplemente otra? ¿Los filósofos, han dejado vacante en la sociedad su tradicional -y decisivo- espacio de generadores de conciencia? ¿Quiénes ocupan ese lugar hoy en día? ¿Es un lugar vacío? ¿Cuál es el rol y el espacio del intelectual en tiempos de la post-modernidad?, entre otras cuestiones que se me ocurren emergen como pendientes de debate.
Y como forma de anticiparles parte del contenido -y del debate que finalmente queda instalado- les transcribo algunas reflexiones –aisladas en esta selección- que se van sucediendo en los diálogos, siguiendo el orden en que van surgiendo (y al final agrego el video):
Pablo Romero: “Allana y pone a la Filosofía en contacto nuevamente con la crítica cultural y con los problemas cotidianos y, en este caso, con los problemas vinculados particularmente a los medios de comunicación . Creo que la filosofía debería estar en el “barro de la realidad” y no ha sucedido por dos cuestiones. En principio, por un problema propio de quienes practican o ejercen la Filosofía, entre vivir en una especie de autismo, una especie de torre de marfil apartado de todos los problemas sociales, y a su vez, bueno, desde los medios de comunicación no ha habido un acercamiento hacia quienes trabajan en ese espacio del pensamiento.”
Tomás Abraham: “Ningún filósofo está obligado ni tiene la misión de dedicarse a únicamente leer textos de Filosofía. Eso es una pobreza en la tarea filosófica. Ningún filósofo, de la tradición filosófica, los clásicos principalmente, tuvo como misión, como tarea, como trabajo, leer a otros filósofos. Sino, pensar su tiempo. El que se dedica a la Filosofía, no es encerrarse con un texto de Platón: es asumir el mismo desafío que tuvieron los filósofos de su tiempo, que es pensar la actualidad.”
Gerardo Sotelo: Tengo un sentido exculpatorio de mi trabajo. Yo creo que el medio en sí invita a la trivialidad. Es decir, si vos querés de verdad hacer filosofía, de verdad conocer los complejos fenómenos políticos o sociales o culturales, tenés que ir a los libros, a las conferencias, a los seminarios”
Sandino Núñez: Lo que Heidegger llamaba “ontología de actualidad”, que tiene que ver efectivamente con una vocación, con un deseo, con una voluntad de apropiarse de la actualidad en la que uno vive. Eso es extremadamente importante, no tanto porque uno tenga algo que ver con la verdad, o la filosofía tenga algo que ver con la verdad, sino porque tiene que ver precisamente con ese gesto, con el ademán, de hacerse cargo de algo. (…) Yo creo que esa especie de alegre irresponsabilidad con relación a haber descuidado, haber dejado en blanco, esa función de la conciencia de la sociedad, ha sido catastrófica. Verdaderamente, cada vez hay más huecos en ese lugar que antes era como el gran lugar de la filosofía.”
Gerardo Sotelo: Vos hablabas de la modernidad, que ya parece una etapa que tiende a su fin, por decirlo de una manera generosa. Parece como que esa idea de que los intelectuales podían explicarlo todo –los intelectuales en sentido amplio, eso incluye a los científicos-, explicar todos los fenómenos del universo, de la naturaleza, del espíritu, de la psiquis, ese modelo ya no existe. Más bien hay como una decepción sobre lo que podían explicar los intelectuales. ¿Eso le pasa al filósofo particularmente en estos tiempos que corren?
Sandino Núñez: Yo diría que le pasa sobre todo al filósofo. Porque el filósofo precisamente es el que queda huérfano cuando ese lugar fracasa, cuando algo de ese lugar falla. Yo creo que el problema dentro de todo es bastante más complejo que la mera decepción del cuerpo social con relación a los viejos Mesías. El problema ya no es tanto no creo en esto o en aquello, o antes creí pero ya no. El problema yo creo que es mucho más terrible. Yo creo que el asunto es que allí donde antes había algo como una brecha a nivel de la producción del discurso social, es decir, algo que permitía que alguien eventualmente ocupara ese lugar hueco, ya no hay, ya no existe. Es la brecha misma la que se sutura, es esa herida la que se cierra. Quiero decir, ya no hay sino intelectuales específicos, ya no hay sino técnicos, ya no hay sino especialistas.”
http://www.youtube.com/watch?v=paoC2lJCl_4 )
Algunas preguntas que quedan flotando por allí son: ¿debe la filosofía, el filósofo, vincularse particularmente con la cotidianeidad, con los problemas de su tiempo y contexto, con la actualidad y los problemas sociales emergentes? ¿Es posible –y de qué manera- que se dé un vínculo fluido y fructífero entre filósofos y medios de comunicación? ¿Los medios de comunicación juegan –o deben jugar- en alguna medida un rol de gestores de pensamiento crítico en la comunidad o su finalidad es simplemente otra? ¿Los filósofos, han dejado vacante en la sociedad su tradicional -y decisivo- espacio de generadores de conciencia? ¿Quiénes ocupan ese lugar hoy en día? ¿Es un lugar vacío? ¿Cuál es el rol y el espacio del intelectual en tiempos de la post-modernidad?, entre otras cuestiones que se me ocurren emergen como pendientes de debate.
Y como forma de anticiparles parte del contenido -y del debate que finalmente queda instalado- les transcribo algunas reflexiones –aisladas en esta selección- que se van sucediendo en los diálogos, siguiendo el orden en que van surgiendo (y al final agrego el video):
Pablo Romero: “Allana y pone a la Filosofía en contacto nuevamente con la crítica cultural y con los problemas cotidianos y, en este caso, con los problemas vinculados particularmente a los medios de comunicación . Creo que la filosofía debería estar en el “barro de la realidad” y no ha sucedido por dos cuestiones. En principio, por un problema propio de quienes practican o ejercen la Filosofía, entre vivir en una especie de autismo, una especie de torre de marfil apartado de todos los problemas sociales, y a su vez, bueno, desde los medios de comunicación no ha habido un acercamiento hacia quienes trabajan en ese espacio del pensamiento.”
Tomás Abraham: “Ningún filósofo está obligado ni tiene la misión de dedicarse a únicamente leer textos de Filosofía. Eso es una pobreza en la tarea filosófica. Ningún filósofo, de la tradición filosófica, los clásicos principalmente, tuvo como misión, como tarea, como trabajo, leer a otros filósofos. Sino, pensar su tiempo. El que se dedica a la Filosofía, no es encerrarse con un texto de Platón: es asumir el mismo desafío que tuvieron los filósofos de su tiempo, que es pensar la actualidad.”
Gerardo Sotelo: Tengo un sentido exculpatorio de mi trabajo. Yo creo que el medio en sí invita a la trivialidad. Es decir, si vos querés de verdad hacer filosofía, de verdad conocer los complejos fenómenos políticos o sociales o culturales, tenés que ir a los libros, a las conferencias, a los seminarios”
Sandino Núñez: Lo que Heidegger llamaba “ontología de actualidad”, que tiene que ver efectivamente con una vocación, con un deseo, con una voluntad de apropiarse de la actualidad en la que uno vive. Eso es extremadamente importante, no tanto porque uno tenga algo que ver con la verdad, o la filosofía tenga algo que ver con la verdad, sino porque tiene que ver precisamente con ese gesto, con el ademán, de hacerse cargo de algo. (…) Yo creo que esa especie de alegre irresponsabilidad con relación a haber descuidado, haber dejado en blanco, esa función de la conciencia de la sociedad, ha sido catastrófica. Verdaderamente, cada vez hay más huecos en ese lugar que antes era como el gran lugar de la filosofía.”
Gerardo Sotelo: Vos hablabas de la modernidad, que ya parece una etapa que tiende a su fin, por decirlo de una manera generosa. Parece como que esa idea de que los intelectuales podían explicarlo todo –los intelectuales en sentido amplio, eso incluye a los científicos-, explicar todos los fenómenos del universo, de la naturaleza, del espíritu, de la psiquis, ese modelo ya no existe. Más bien hay como una decepción sobre lo que podían explicar los intelectuales. ¿Eso le pasa al filósofo particularmente en estos tiempos que corren?
Sandino Núñez: Yo diría que le pasa sobre todo al filósofo. Porque el filósofo precisamente es el que queda huérfano cuando ese lugar fracasa, cuando algo de ese lugar falla. Yo creo que el problema dentro de todo es bastante más complejo que la mera decepción del cuerpo social con relación a los viejos Mesías. El problema ya no es tanto no creo en esto o en aquello, o antes creí pero ya no. El problema yo creo que es mucho más terrible. Yo creo que el asunto es que allí donde antes había algo como una brecha a nivel de la producción del discurso social, es decir, algo que permitía que alguien eventualmente ocupara ese lugar hueco, ya no hay, ya no existe. Es la brecha misma la que se sutura, es esa herida la que se cierra. Quiero decir, ya no hay sino intelectuales específicos, ya no hay sino técnicos, ya no hay sino especialistas.”
15 comentarios:
Muy bueno! Me quedé con ganas de más. Considero que es imprescindible ese acercamiento entre filósofos y medios de comunicacíión y ojalá desde ambos espacios del discurso y la producciónn logren acercarse finalmente. Sería enriquecedor para ambas partes.
Felicitaciones a Pablo por todo su sostenido esfuerzo por pensar, y hacer pesnar, a nuestra comunidad, tanto como para Sandino por su inteligente propuesta que abre todo un camino a recorrer. Espero que los medios de comunicación locales estén atentos e incorporen decididamente a estos talentosos filósofos,y con clara capacidad de comuncación, que tenmos al alcance de la mano. ¡A no desaprovecharlos!
Saludos, Enrique
Muy interesante!
El despliegue y la amplia especialización que se da en las ciencias a relegado al filósofo en nuestros tiempos. Posiblemente aquellos que se dedican a la filosofía tengan también su cuota de responsabilidad ya que terminan especializandos en algún autor y se alejan que los desafíos actuales.
El tema es complejo, pero me parece muy bien que se comienze a plantearlo. Los medios de comunicación, si bien recaen la mayoría de las veces en la trivialidad, también ofrecen la pòsibilidad para que el lenguaje filosófico comienze a explayarse.
Es menester aprovechar las redes sociales y buscar formas de comunicación que sean más pensantes y abiertas al diálogo.
Gracias por compartir.
Un abrazo.
Ricardo Pobierzym
Estimados Enrique y Ricardo, agradezco mucho sus comentarios. Seguramente, las responsabilidades por la notoria ausencia de los filósofos, de los intelectuales, en la esfera pública y, particularmente, en los medios de comuncación, sean compartidas. Esperemos se "abra el juego" para que se concrete esa presencia del filósofo en los medios y no quede solamente como una experiencia aislada.
Abrazos, Pablo Romero
La mision del filosofo o el intelectual en el mundo actual no es ya buscar certezas si no sembrar dudas . estamos en un mundo enloquecido que retrocede en todas partes a la razon , y donde se abren templos de la estupides.
La mision del filosofo debe ser poner paños frios de la razon , a la calentura milenarista religiosa ideologica o de la moda , al decir de fehuerbach , tenemos que usar la duda como arma contra el avance de la estupides .
Mi nombre es Guillermo Ricca y también ejerzo la filosofía, un modo menos ampuloso de decir: soy filósofo. Me preocupa la actualidad y trato de decir lo mío en los espacios de intervención que tengo. Me parece que lo que deberíamos asumir los filósofos es que ya no somos un metadiscurso; ese lugar vacío del que habla Sandino y que dice que ahora está suturado, yo digo que está siempre contingentemente suturado y que la filosofía es el discurso de la des sutura, del "entre" al decir de Derrida y del Foucault arqueólogo. Me quedo con Derrida en este sentido: se pueden abrir las cuestiones siendo un discurso más entre otros que interpela a los demás discursos (ciencia, pedagogía, política, crítica lireraria, etc.) Y Derrida es leído en todos esos ámbitos. Pasaron las épocas en que la filosofía era un meta discurso--o pretendía serlo, una especie de conciencia de la totalidad. Afortunadamente, creo. Desde allí se puede hacer algo parecido a eso que Althusser llama práctica teórica y que apunta a desmontar diferentes "efectos de verdad" en otros discursos. Si bien la ontología de la actualidad es una urgencia, los efectos de ese trabajo no siempre son inmediatos ni verificables. Los tiempos de un pensamiento están más del lado del "decir" que de lo "dicho".
El acercamiento es posible que sea necesario. EnArgentina no sé , en España algunos filósofos han asistido a programas populares y el resultado e snefasto porque el propio sistema televisivo no les ha dejado el tiempo necesario para expresar ciertas ideas complejas. EN el caso por ejemplo Gustavo Bueno, creo que se deb esin duda a que el señor a pesar d esus conocimentos y edad sin duda no ha alcanzado la sabiduría que a mi entender es el deasarrollo más o menos intuitivo d edecirle a cada persona lo idóneo para que entienda algo de su presnte.
Por el contrario en el caso de Antonio Escohotado ha sido el propiosistema de de simulacro d edebates el qeu le ha impedido poder transmitir sus ideas a la ciudadanía. Est eúltimo es un experto en drogas, en sustancias, dosis efectos, Historia...
en fin muchas gracias Pablo por hacernos pensar ... yo no soy lo que se dice una filósofo, al menso no en el sentido académico . MI profesión es actriz, auqnue ahor ame dedico a mi presente que son mi familia.El teatro se hace también por y para el presente ( a nos er que se trate d e un teatro mortal como diría Peter Brook)
quiero decir que la consciencia d epresente ese esepcie de carpe diem delpensamiento es además a un ingrdiente para la supervivencia.
fé de errartas _: quería decir el desarrollo más o menos intuitivo de la capacidad para decir "
. muchas graciAs a todos por sus aportaciones, y perdonen el intrusismo deuna ama de casa con ciertas inqueitudes.
un abrazo a todos.
Estimados Elio coincido con tu planteo: hay que deconstruir la "trivialización" y los fanatismos desde el cultivo filosófico de la duda (claro, ir también más allá, elaborando "certezas contingentes" (por decirto en modo alguno), sabiendo que lo son, pues también la esfera pública y sus políticas requieren algo más que dudas filosóficas).
Abrazos, Pablo Romero
Estimado Guillermo, gracias por tu por demás interesante comentario. Me dejó pensando en varios asuntos. Por ejemplo, creo que los espacios que a los filósofos nos han quitado los encuestadores, politólogos y sociólogos tiene particualrmente responsabilidad propia del filósofo, quien –curiosamente- en ese afán de combatir la “trivialización” de la sociedad no han hecho más que considerarse casi con tonta soberbia el último resabio crítico de la sociedad, y no han hecho más que aislarse. Creo, el camino es precisamente el de hacer un movimiento en contrario e ir decididamente al encuentro de esa “trivialización” para –humildemente- intentar hacer un aporte en conjunto con el que ya se hacen desde otras ciencias sociales (las que no han tenido la misma actitud de “torre de marfil” y han salido a “jugar en la realidad”, con virtudes defectos) y sin esos vanidoss afanes de convertirse en la "Única Verdad" discursiva posible. Es una actitud a priori que hay que modificar, antes de "ingresar a la cancha de la realidad", en el marco de la esfera pública. Es, diría, parte de la parálisis a prori que poseemos.
Gracias, Laura, por tu comentario. Como verás en el video, el periodista Gerardo Sotelo plantea precisamente el tema de que el medio televisivo invita a la trivialización y que no es un espacio precisamente para profundidades filosóficas (y en ese sentido tu ejemplo sobre lo sucedido ne españa respalda´ria probablemente esa hipótesis dle periodista). Yo creo que en general suele ser también un problema del filósofo, que no sabe adecuar sus registros lingüísticos al medio (adeuacíon que no significa perder en profundidad, claro). Pero, ciertamente no es fácil el asunto. Pero, como le ponía a Guillermo en la respeusta anterior, el filósofo no puede quedarse de brazos cruzados y debe partcipar decididamente en esta sociedad de los medios.
Abrazo grande, Pablo Romero
Estimados, les comparto las reflexiones sobre el tema que por vía privada (pero con el fin de publicar finalmente en el blog) me hizo llegar María Luisa Olcese. Dice:
María Luisa Olcese Andrés,
escribidores 2005@hotmail.com
Pablo Abraham... manifiesta puntos para reflexión de este blog instalando así la temática del debate.
Me referiré a algunos puntos, tales como;... “El vínculo entre filósofos..., rol... comunicación... interacción... y algunas otras apreciaciones que direccionan este encuentro
M.Luisa - Creo que la palabra vínculo va mucho más lejos de su acepción etimológica. Citando a Umberto Eco quien nos dice...” El Pensador, es un hombre que “vive su tiempo y lugar”... cuyo mensaje concuerda con la propuesta de Tomás Abraham, que la veo muy profesional y actual. Da contenido al blog.
Creo Tomás Abraham que usted encara reencontrar, entrelíneas, “un tiempo perdido”, tiempo que se proyecta en este presente obviamente, y aunque, no es muy académica mi intervención; manifiesto que sí, que he escuchado y leído exposiciones de filósofos en los últimos años, y (salvo excepciones), muchos objetivan parcialmente en el campo de pensamiento profundo, temas cómo los que usted plantea. En nuestro siglo XXI muchas son las variables imposibles de soslayar, las que implicarían una “nueva dirección” en el discurso reflexivo, en “su tiempo y lugar”, (Y aquí se puede insertar el concepto del vínculo, en toda su acepción para desafiar una concepción nueva y antigua a la vez, aunque Ud. me diga que es paradójica mi posición. La relación con el vínculo a mi entender debe ser dialéctica, y asentada sobre la materialidad de sus bases. Sino queda fuera del tiempo y de la “clase”.
El pensamiento del filósofo, hoy no lo podemos abstraer de su rol, y así como en Grecia en su tiempo, apareció una “actitud nueva”, a-mítica y racional, en nuestro siglo, contrariando el ánimo que se desprende de las intervenciones que leí, casi un poco “desanimadoras”, creo que hoy también sería posible asumir “una actitud nueva”, sin embargo es alentador el percibir en este campo una luz roja de alerta. Pero el punto hoy es la ideología imperante del “nuevo orden”.
La postmodernidad, ha puesto en tela de juicio el pensamiento “anterior”. Nunca cómo ahora se observaron tantas ofertas y técnicas maravillosas y nunca como ahora se observan tantos “imposibles”. Nuestra sociedad es terriblemente desigual. Y me refiero “realidades” del planeta Tierra. (El saber “natural” no es siempre desechable) Veo aún preocupaciones por definir, “escuelas”, “metodologías, etc. etc. pero desde el interior del aula. ¿Se entiende? pero pregunto, ¿la “verdad verdadera” que avala la certeza del conocimiento, no se estará “quedando por ahí “?
También se menciona al pensamiento crítico, y para esto se hace necesaria la posición ideológica, el vínculo cobra sentido, y aquí me gustaría agregar que los medios, pueden jugar en la sociedad tanto como impulsores del crecimiento armónico y ascendente de la sociedad o como desaceleradores o mistificadores de ese proceso al que todo hombre consciente o inconscientemente aspira a insertarse. El filósofo, debe entonces comprometerse, involucrarse. Develar las manipulaciones del “mundo feliz, y enseñar lo que se oculta en el mundo de las intencionalidades”. Y las hay buenas y malas. Y entramos en el campo estricto de la comunicación. ¿Pero desde qué óptica? Hoy se habla de filosofía de la historia, filosofía de esto o aquello...¿No es escapar por puntos tangenciales, dando respuestas parciales, y que los alumnos salgan contentos al final de la jornada, con sus “verdades” no muy verdaderas para no herir susceptibilidades?(Continúa)
(Continuación) En cuanto a las intervenciones de Romero y Abraham, hay coincidencias, “torre de marfil” o “autismo”, un no estar la filosofía “en el barro de la realidad”, y me atrevo a agregar, el filósofo actual en general, se muestra capaz de asumir una metodología, algunos la justifican, otros no, desarrollar una concepción metafísica en cuanto a la existencia o existir del ser, ejercer una “lógica formal” que asegura los silogismos de la vida, tesis final cierta, pero “de qué clase de vida y de quiénes”. Nada o casi nada trascendente sobre ¿el quién es y qué quiere ser el hombre?, el espejo muestra imágenes, ¿la comunicación es un instrumento útil para que el “existir” de la “existencia”, en el marco de nuestra sociedad, hoy, sea justa, compensada y ascendente?
Estoy de acuerdo, con Pablo Romero creo que la “objetividad” tiene límites. Cuando lo “subjetivo” se generaliza, este se deviene en objetivo. El filósofo debe ver, oír, experimentar por sí - sin medios que por la imagen o relato, deformen, bien o mal, su contenido – Los medios tienen sus propios fines, coincidentes o no con las expectativas propias de saber...algo sobre algo...conocer...ver... para...acumular videos en nuestra mente, quizá utilizar su contenido por el deseo de enterarse qué está sucediendo en el mundo político, del arte, de la instrucción etc., lo que se dice “estar al día”. El filósofo se convierte entonces en un ensayista, juzga, “desde su torre de marfil” ve por los ojos del pensador tal o cual, o una visión cristiana, atea, etc. de la necesidad de “verdad” en el devenir de la vida humana. Claro está que la “verdad” puede ser objeto de debate también. Y creo que resultaría muy interesante su planteo.
Sócrates intencionalmente indagaba mediante el diálogo, en “el otro” la verdad que “ese otro ocultaba”. Usaba la palabra para resaltar las contradicciones que descubría en esas “conversaciones” y así obtenía “la verdad” que ese “otro” ocultaba. La comunicación, específicamente en este tema mucho puede hacer. Y hoy tenemos programas que a esto apuntan. Pero, aún en lo que es estricta diversión hay un trasfondo clasista, y al que el filósofo debe responder para que el hombre resuelva sus propias contradicciones y desmitifique lo solapado e incierto, para construir su propio destino en “la verdad”. La ideología surge entonces nuevamente. Vivimos una sociedad donde las clases sociales son una realidad, y la implementación de las políticas no están aisladas del Pensamiento profundo. . Si el filósofo actual, deja a un lado la actitud como “gestor de conciencia”, según leo en sus líneas, y queda un espacio vacío en el pensamiento; entonces, cae la razón de existir de la filosofía.¿Puede la conciencia convertirse en un instrumento de poder intelectual, quizá?. Lo que es bueno para unos quizá sea malo para otros, y en mi opinión, no es este el contexto ideal de una ética adecuada. Creo que hay que distinguir entre lo moral, lo inmoral y lo amoral. O lo que es peor, advertir, en el terreno de “hacedores de conciencia” los que se subrogan la circunstancias que ofrece “el poder” que se atribuye solvencia moral, social y legal para ejecutar seres humanos sustentados sobre la base de una legalidad tal o cual. La palabra “conciencia” fue usada en oportunidades históricas, tenebrosas, irrepetibles, fue un instrumento del poder político respaldando razones para torturar, saquear y matar. Pensemos por un instante en el horror de los campos de concentración y sus millones de muertos. Y esto es tema para ver desde la comunicación, la memoria es una de las capacidades de la inteligencia, la imagen, la palabra, apuntan a dar “vida” a una realidad, considerándola fuera del tiempo. Es bueno no perderla, es una forma de fortalecer la conciencia de los derechos humanos por el “solo hecho de pertenecer a la especie humana”, marca límites insoslayables.(Continúa)
(continuación)Gerardo Sotelo, usted observa muy bien a mi entender, lo que llama “actualización intelectual”, pero le pregunto, si no será que “esa decepción” se pone en evidencia, cuando predomina “un aire escolar”, yo se... yo estudié... yo soy...Pero si vamos por la transversal y el filósofo, el intelectual, se preguntara...qué no soy...dónde no estoy...qué es lo que no sé... En cierta medida es un camino usado en muchas ciencias. No se nada sobre... y me interesa porque.... ¿Porqué sos filósofo? porque intento sustentar un obrar humano, conocer sus intencionalidades, porque me involucro y me arriesgo a encontrar las respuestas útiles y ciertas que respaldan el conocimiento necesario para hacer la vida del hombre “vivible”, experiencia única, la vida no se vive dos veces. Vale la pena entonces lograr la certeza del conocimiento. Y esto reconozco está dicho muy resumidamente... tiene que ver un poco con eso dicho...acerca de...”estar en el barro de la realidad”.
Más allá de conocer las cartas entre Hegel y Marx, y preguntarse sobre su tenor, sería mas interesante analizar la vinculación entre ambos pensadores, su detonante, y consecuencias que echaron a andar en la vida real. Resumidamente el conocimiento exige descubrir la intencionalidad de un obrar humano. Filosofía e historia van de la mano. Los pensadores buscan las razones, es una tarea del campo filosófico, ligada a la ideología rectora del filósofo y en la que sustentará sus tesis, aunque la historia la escriben los hombres.
Sandino Nuñez esa “verdad”, bien dice usted, tiene que ver con “hacerse cargo”...yo con algunas diferencias llamo a ese “gesto”, involucrarse. Muy difícil desde las Instituciones de enseñanza. Teoría y praxis están indisolublemente unidas, a mi ver dialécticamente.
Hay posiciones tales como las que asumía Don Quijote, quien alucinado por las historias de caballería antiguas corría las más inverosímiles aventuras...”haciendo justicia”, fiel a su ideal, pero...todo seguía igual. Y él objeto de burla y escarnio. El Ilustre Hidalgo estaba fuera de época, se involucraba según sus pareceres sin considerar la realidad verdadera, por lo tanto su obrar además de inútil era cruelmente risible.
Hoy en nuestro siglo los medios hacen “felices” a muchos, promoviendo el “efecto imitación”, inventando sueños. Pero... deduzco que lo que el Pensamiento edifica tiene que ser creíble y posible, en su hora y lugar. Finalmente, ¿es nuestra realidad una intelectualidad que “muestra”, o es una intelectualidad que “construye” los valores y aspiraciones sociales? Y soy coincidente con usted Sandino Nuñez, hay un “vacío” en el discurso social, esa brecha permite despertar interrogantes serias y profundas. El abismo existencial es como un embudo insaciable, se devora “al hombre”, Ese hombre querrá vivir en muchas ocasiones la vida de “otros” no la propia, si es que puede expresarla. (Aquí se aprecian las variables y modelos que “enseñan” los medios, y se merecería estudiar “la imagen” como opera en la conciencia social), es algo diferente el buen cine, las lecturas y algunos semanarios etc. Pero hay una realidad para cambiar, y es que se lee poco. Otro tema a estudiar; es enorme la difusión de buenos libros por internet. Pero hay que disponer del servicio. Y siempre volvemos a la “clase”.(continúa)
(continuación) Hay una pregunta sin responder, implícita, no escrita, o sí y no la leí, ¿para qué me sirve la filosofía, que los filósofos se vinculen, estudien, concurran a sus aulas, tengan buenas notas, escriban libros y instruyan seminarios y programas virtuales, que los medios y los intelectuales puedan explicar el universo, la psiquis, el espíritu, etc... dice Sotelo con razón, que esa idea de que la intelectualidad podía explicarlo todo como que ya pasó. ¿Los filósofos, intelectuales, también estarían casi decepcionados del modelo clásico? Coincido con Sandino que la brecha se cierra, pero discrepo modestamente, especialistas y técnicos son específicos, como bien usted dice, y por múltiples razones, son más atractivas estas carreras, sobre todo redituables. El filósofo actual debería descubrir las rigideces, imitaciones etc. que debido a las deformaciones de la realidad perturban el discernimiento individual y colectivo. Deformaciones presentes en la preocupación permanente de todo hombre y sobre todo saber certeramente cuáles son; pero, ¿Qué es hoy la conciencia? Sería un tema para debatir en alguna oportunidad.
Hay que darse espacio para revisar los porqués, causas y efectos - desde una óptica clasista, en mi opinión, revalorizando la filosofía como ciencia y porqué no cómo arte, desde todas las áreas posibles. Creo que no hay que temer incursionar en campos, como el psicológico, sociológico y otros, Alguien podría decir: “de qué me sirve conocer la realidad, si igual yo nada puedo hacer para cambiarla...”. Es un razonamiento terminante y deprimente. Otros podrían responder...”...yo estoy muy bien, y no creo que debiera cambiar en nada mi vida...”, Estas visiones - muy someramente - constituyen verdaderos puntos de partida para el pensamiento filosófico actual, y abrir un capítulo que muestre no solo la importancia de que cada ser construya su personalidad moral, sino conceptuar filosóficamente la actual conciencia social. Tanto en lo que “es”, lo que no “es”, y lo bueno y verdadero de su “debería ser”
El desinterés puede originarse en pensamientos negativos como - al decir de Sartre ...” el hombre es arrojado al mundo...” y vive con el conocimiento angustiante de que va a morir - y esta concepción merece rebatirse, para ello hay que volver al tema “clase”, donde el conocimiento es parametrizado por su estructura, la que le impulsará a un tal o cual “obrar”.
Finalmente, a la filosofía le corresponderá, como “saber interesado”, el bien, en lo que “es” distinguiendo “eso” que es, de lo ficticio o imaginario. (continúa)
(Parte final) Creo que hay que reconstruir en el ser dos instancias fundamentales: la del cuerpo con el espíritu; y otra, la del individuo con la sociedad, por ello Sandino, la filosofía, creo que no morirá jamás, es necesaria para “crecer” y para ello hay que ver si la verdad que se maneja es “la verdad”, y hay que estar preparado para aceptar como “verdad” otra “verdad”, el filósofo se involucra entonces y corre riesgos. Cómo que lo que pudiera descubrir es otra cosa diferente a lo esperado. Las ciencias técnicas no corren este riesgo, porque son verificables.
Dejo planteados estas ultimas consideraciones, y para terminar, aunque queda mucho para decir aún, es indispensable la unidad de criterios, muchos filósofos de Grecia antigua debieron huir, otros como Sócrates trataron de defenderse solos, en la verdad, y fueron ejecutados, y hablo de Grecia porque es el pilar de nuestra cultura occidental. Atenas debía mantener su hegemonía en el Egeo, y los filósofos debían apoyar la instrucción de las clases dominantes, existían reconocidos como necesarios los piratas y mercenarios, de esto se cuenta poco, también existía la esclavitud, pero pese a estas rigideces, se preguntaron cosas muy importantes, que merecían discutirse, así lo hizo el teatro con Sófocles, por ejemplo. El que merece leerse. Quizá en otra oportunidad pudiéramos decir algo al respecto. Los griegos se preguntaron por la vida, su razón de ser, el destino del ser, la pre-existencia que explicaría los parámetros que permiten al hombre expresarse, según Platón.
En la espera de que sigamos en este blog encontrándonos con otros “navegantes” del éter, y aficionados al tema; Saludos de M. Luisa Olcese Andrés.
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