Estimados, los invito a la actividad titulada “Totalitarismo y Holocausto: Hannah Arendt en su laberinto”, a desarrollarse
el próximo jueves 30 de marzo a partir de las 19 horas en la sala Julio Castro
de la Biblioteca Nacional, instancia donde tendré oportunidad de participar
como panelista, junto a Gerardo Caetano, Nelson
Villareal Duran, Ariela Peralta, Pablo Ney Ferreira
y Francisco O'Reilly.
La información completa de la actividad puede
leerse en: https://www.facebook.com/events/783799718452460/
La actividad se plantea estas líneas iniciales:
“El Totalitarismo es un fenómeno político
característico del siglo XX. Nunca antes la humanidad había presenciado -y sido
víctima de- algo ni siquiera parecido a los dos regímenes políticos que
comúnmente son caracterizados como totalitarios: el nazismo y el comunismo
soviético.
Hannah Arendt, probablemente una de las figuras centrales de la filosofía política y moral del siglo XX, ha dedicado al tema del totalitarismo -y también, concretamente, al Holocausto del pueblo judío durante la segunda guerra mundial- buena parte de sus mejores esfuerzos. Si bien estas preocupaciones son rastreables en toda su obra, fundamentalmente son tratadas tanto en “Los Orígenes del Totalitarismo”, como en su polémica obra “Eichmann en Jerusalén”, donde analiza cuidadosamente el juicio al criminal de guerra nazi Adolf Eichmann sucedido en 1961.
Reflexionar acerca de lo sucedido, buscar las causas, recapacitar atenta y serenamente sobre semejante barbarie, colabora indudablemente a que la civilización conozca sus propias debilidades y trabaje día a día para intentar que la semilla totalitaria, que siempre está entre nosotros, no vuelva a generar atrocidades como las que tuvimos que vivir durante el siglo XX.
Hoy, la Democracia parece gozar de buena salud, y es cierto que nunca en la Historia hubo tantos regímenes democráticos, o poliárquicos (para escapar de la clásica pregunta ¿Qué es la Democracia), pero también es cierto que la Democracia no es un gobierno perfecto ni mucho menos. La Democracia depende en buena medida de la conducta de sus ciudadanos, de su educación, de su compromiso cívico, de su respeto por las normas jurídicas, etc., y todo eso no sucede solo, sino que es una compleja construcción que jamás termina del todo.
La utopía democrática es un no lugar, es un horizonte que se mueve permanentemente y que para continuar acercándose hacia él es necesario moverse permanentemente.
Es por ese motivo que nos proponemos llevar a cabo una mesa de análisis multidisciplinario sobre el tema, tomando como punto de partida la obra de Hannah Arendt”
Hannah Arendt, probablemente una de las figuras centrales de la filosofía política y moral del siglo XX, ha dedicado al tema del totalitarismo -y también, concretamente, al Holocausto del pueblo judío durante la segunda guerra mundial- buena parte de sus mejores esfuerzos. Si bien estas preocupaciones son rastreables en toda su obra, fundamentalmente son tratadas tanto en “Los Orígenes del Totalitarismo”, como en su polémica obra “Eichmann en Jerusalén”, donde analiza cuidadosamente el juicio al criminal de guerra nazi Adolf Eichmann sucedido en 1961.
Reflexionar acerca de lo sucedido, buscar las causas, recapacitar atenta y serenamente sobre semejante barbarie, colabora indudablemente a que la civilización conozca sus propias debilidades y trabaje día a día para intentar que la semilla totalitaria, que siempre está entre nosotros, no vuelva a generar atrocidades como las que tuvimos que vivir durante el siglo XX.
Hoy, la Democracia parece gozar de buena salud, y es cierto que nunca en la Historia hubo tantos regímenes democráticos, o poliárquicos (para escapar de la clásica pregunta ¿Qué es la Democracia), pero también es cierto que la Democracia no es un gobierno perfecto ni mucho menos. La Democracia depende en buena medida de la conducta de sus ciudadanos, de su educación, de su compromiso cívico, de su respeto por las normas jurídicas, etc., y todo eso no sucede solo, sino que es una compleja construcción que jamás termina del todo.
La utopía democrática es un no lugar, es un horizonte que se mueve permanentemente y que para continuar acercándose hacia él es necesario moverse permanentemente.
Es por ese motivo que nos proponemos llevar a cabo una mesa de análisis multidisciplinario sobre el tema, tomando como punto de partida la obra de Hannah Arendt”
Y, como siempre, sus comentarios son
bienvenidos en este espacio del blog.
4 comentarios:
Estimado Pablo: Nosé si podré estar el jueves por razones médicas pero como leí los dos libros de Hanna Arendt "La Condición Humana" y "Eichmann en Jerusalén" ,excelentes ambos, me congratulo de que la tomen en cuenta, porque creo que fue muy maltratada incluso dentro de su colectividad por algunas conclusiones que plantea en ese segundo libro referente a su impresión de la personalidad de Eichmann, el haber sido juzgado inadecuadamente en Israel, y además algunas consideraciones sobre varios judíos que colaboraron en las masacres en los campos de extermino. Gracias por dejarme
expresar.
Querido Pablo se me superpone a un tema terrible como fue El Edicto de Expulsión del pueblo judío al cual pertenezco, en el año 1492. Este año se cumplen 525 años de ese maldito edicto. Por casualidad este panel será filmado para poder verlo después ?
Desde ya el tema elegido es de una una importancia muy grande para mi. He visto la película y leído muy poco sobre el caso. Bueno espero nsi me puedes responder y muchas gracias por tu invitación. Sara Selanikio.
Pablo, me encantaría participar pero vivo en Paysandú y en esta oportunidad no puedo estar. Podríamos conversar para traer una actividad de este tipo mediante el Centro Universitario de Paysandú o el Instituto de Formación Docente. ya se ha hecho en otras oportunidades.
Saludos cordiales
Nelly De Agostini
Pareciera una modalidad que se repite en la historia y, quizás mas en la contemporánea "descubrir" pensadores que, sin dudas bien intencionados, recogieron y emparcharon elaboraciones que otros ya habían pergeñado. Con mucho mas talento.
Pasa con Arendt, que es un pésimo refrito del pensamiento libertario que ya existía desde la revolución francesa. El hecho que sea judía además le juega en contra. No creo que sea posible una racionalización genuina con un corsé confesional.
".....No, Eichmann no era estúpido. Únicamente la pura y simple irreflexión —que en modo alguno podemos equiparar a la estupidez— fue lo que le predispuso a convertirse en el mayor criminal de su tiempo. Y si bien esto merece ser clasificado como «banalidad», e incluso puede parecer cómico, y ni siquiera con la mejor voluntad cabe atribuir a Eichmann diabólica profundidad, también es cierto que tampoco podemos decir que sea algo normal o común...."
Le pasa lo mismo a Gavazzo?
G. Grau
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