Estimados, comparto mi nota a raíz de los hechos de persecución que
 estamos viviendo algunos colegas por parte de las autoridades (en tal 
sentido,para ampliar la información al respecto, los invito a leer parte
 de lo que ha ido publicándose en la prensa: 
https://www.elobservador.com.uy/el-cruce-celsa-puente-docentes-que-salieron-tv-denigrando-alumnos-n1146170
https://www.elobservador.com.uy/el-cruce-celsa-puente-docentes-que-salieron-tv-denigrando-alumnos-n1146170
Presidente, ¿usted avala agravios y persecución a docentes?
Hace
 pocos días, según se recoge en prensa, Celsa Puente, Directora General 
de Secundaria, hizo referencia frente a un grupo de Inspectores de que 
su cargo depende de la confianza que sobre ella deposita el Presidente 
Tabaré Vázquez. Lo hizo en su afán de poner como ejemplo que todos 
dependen de alguien y que el cuerpo inspectivo allí presente dependía de
 ella, para finalmente agregar que “así es la vida y que hay quienes no 
estarán en sus puestos para 2018” . 
Saquen
 ustedes las conclusiones pertinentes respecto de la analogía que Puente
 trajo a escena, que no parece tener otro fin que el de trazar 
jerarquías del peor modo posible, buscando intimidar a sus colegas y 
avisándoles de esa forma tan soberbia que había decidido “bajarles el 
dedo” a varios de los que en ese preciso momento la escuchaban.  
Al
 respecto, el Consejero del Codicen Robert Silva señaló al diario El 
País que lo de Puente “es un comentario infeliz, porque el dato está en 
el estatuto del funcionario docente y recordarlo en la máxima reunión de
 cargos técnicos es una forma de intimidar, amedrentar y de ir contra 
quienes tienen una grandísima trayectoria en la educación".
Y en tanto Puente hace gala de 
que su cargo tiene nada más ni nada menos que la figura presidencial 
como respaldo, la responsabilidad última de este modo de actuar recae, 
entonces, sobre Tabaré Vázquez. Y de ahí la pregunta con qué inicio esta
 nota. Cuesta creer que Vázquez no se haya enterado de los permanentes 
episodios que demuestran los poco deseables modos
 de proceder de la Directora General de Secundaria. 
No
 sólo ha tildado públicamente a los docentes que disienten con sus 
posturas de padecer del patológico “Síndrome de Diógenes o de ser 
“infames exhibicionistas”, sino que ha utilizado las redes sociales para
 agraviar a quienes reflexionamos en relación a las causas de las 
situaciones de violencia que se manifiestan en nuestras instituciones 
educativas y ha puesto en marcha a posteriori actos administrativos 
falaces (se justifica bajo una evidente mentira) e inapropiados (del 
proceso resolutivo se excluyó intencionadamente a una de las consejeras)
 con el afán de ejercer una clara presión laboral sobre quienes nos 
animamos a opinar públicamente sobre el asunto.
Violencia
 verbal, ataque a nuestra libertad de expresión y acoso laboral son los 
graves elementos de los cuales puedo dar cuenta en primera persona y que
 quisiera por esta vía compartir más detalladamente con nuestro 
Presidente, pues creo que nos debe al menos una explicación pública a 
los docentes involucrados, en tanto Puente señala que su gestión está 
legitimada por -y depende exclusivamente de- la máxima autoridad 
nacional. 
Y
 aunque, insisto, cuesta creer que Vazquez avale este tipo de accionar y
 que enterado de los mismos forme parte, en definitiva, del mecanismo de
 abuso de funciones que implica, de la cultura de impunidad que se 
genera y de apoyar implícita o explícitamente que esta lamentable 
práctica se convierta en algo habitual, paso a contarle a nuestro 
Presidente lo que estamos padeciendo la colega Cecilia Gómez y quien 
escribe estas líneas.
El
 miércoles 15 de noviembre se emitió, en el marco de una entrevista 
realizada por la periodista Ana Matyszczyk, un informe del programa 
Santo y Seña referido a la violencia en los centros educativos, donde 
señalé aspectos que a mi entender deben atenderse con celeridad en el 
campo educativo y social. A su vez, ante una pregunta al respecto, conté
 un par de anécdotas de hechos de violencia que he presenciado en el 
ciclo básico, sin nombrar alumno alguno ni institución en particular 
(aunque las anécdotas pueden verificarse absolutamente e incluso en la 
que hice particular hincapié está la posibilidad de encontrarla 
fácilmente en Internet, pues fue recogida por la prensa en su momento). 
En
 el mismo momento que el programa salía al aire, la Directora General de
 Secundaria comenzó a publicar en Twitter comentarios absolutamente 
descalificadores y agraviantes hacia mi persona y la de la colega 
Cecilia Gómez, que también fue entrevistada. 
Nos
 tildó de no ser verdaderos docentes y nos adjetivó como "oportunistas" y
 "seres vergonzosos" . O sea que, por señalar tristes hechos de 
violencia que hemos padecido, no sólo nos "quitó" la condición de 
docentes, sino que adjetivó desde el fuerte agravio, todo en su calidad 
de Directora General General de Secundaria y desde su cuenta en la 
citada red social, en una utilización absolutamente indebida, dado el 
cargo que ostenta y puesto que debería ser un ejemplo, por cierto, sobre
 el uso no violento y responsable de las redes sociales (tema que es 
todo un problema justamente entre nuestro alumnado adolescente y cuya 
máxima autoridad a nivel institucional no debería ser quien genere 
contrajemplos, quien propicie un daño que luego somos los docentes de 
aula quienes debemos intentar reparar).
Sus
 comentarios generaron una respuesta pública de mi parte por vías de 
otra red social, en un tono firme pero responsable, en función de que 
nunca debemos perder de vista que somos educadores y tenemos siempre una
 responsabilidad y conducta pública que cuidar. 
Por
 cierto, vale acotar que hace tres años presenté al Consejo de Educación 
Secundaria un proyecto de trabajo a nivel de Ciclo Básico y 
Bachillerato, titulado "Educación y capital cultural", respecto del cual
 nunca obtuve respuesta alguna (por el contrario, la Dirección Nacional 
de Cultura del MEC sí se interesó y el proyecto ha sido parcialmente 
puesto en marcha en el marco del sistema de circulación cultural del 
MEC). Es importante recalcar esto, pues somos docentes que estamos 
trabajando de manera pro activa por el mejoramiento de la situación 
educativa y cultural de nuestra comunidad, proponiendo proyectos y 
generando espacios de reflexión en distintos formatos. 
Llevo tres años esperando que el CES responda acerca de mi Proyecto, que creo 
es valioso y podría aportar mucho en la esfera de la educación media 
(por cierto, lo invito, Presidente, a interiorizarse del mismo y 
corroborar lo que señalo), pero me llevó tan sólo cinco minutos obtener 
una respuesta, aunque agraviante, por parte de la autoridad del CES por 
simplemente reflexionar en un medio televisivo sobre cuestiones que 
deberían mejorarse de forma urgente en nuestros liceos. Parece ser que 
la Directora General es muy rápida para agredir y muy lenta para 
proceder sobre propuestas a favor del sistema educativo. 
Pero
 el tema, ya lamentable en este punto, tuvo una secuela inclusive más 
indeseable, pues comenzamos a ser presionados en nuestros ámbitos de 
trabajo, a raíz de que llegó a las direcciones liceales donde trabajamos
 una resolución del Consejo de Educación Secundaria que nos nombra, que 
nos exhibe de un modo inadecuado en nuestros trabajos (y que de arranque
 se basa en una falacia, pues se justifica en algo que nosotros no 
hicimos, que es, como fue señalado más arriba, el haber nombrado alumnos
 o liceos donde nosotros trabajamos) y que plantea tareas de 
investigación por parte de los Directores, en tanto solicita informes 
sobre nuestros dichos.  
De
 colmo, la resolución fue enviada en nombre del Consejo, en sesión 
señalada como plena, pero lo cierto es que una de las integrantes del 
Consejo se enteró -de la citada sesión y de la resolución enviada- a 
raíz de la comunicación que con ella mantuve. Hecho gravísimo que 
desnuda el manejo institucional de Secundaria por parte de su Directora 
General y que reafirma la intencionalidad de persecución. No por 
casualidad la consejera que no fue ni siquiera enterada de la movida de 
linchamiento laboral es la representante electa por el orden docente. 
La
 práctica de ocultamiento no sólo es a nivel público (¡no vayan los 
docentes a señalar críticas al estado de nuestro sistema educativo!) 
sino que en la micro trama del funcionamiento del Consejo de Secundaria 
también se procede ocultando, excluyendo partes integrantes.  
Celsa
 Puente no sólo intento lincharnos públicamente por vía de una red 
social sino que se ha embarcado en un intento de linchamiento laboral. E
 insisto con el punto: todo porque opinamos sobre hechos que ocurren en 
nuestros liceos, amén de que aportamos reflexiones muy atendibles al 
respecto, más allá de las anécdotas que parece le hicieron perder, una 
vez más, los estribos. 
Parece
 que no se puede contar cierta parte de lo que sucede en Secundaria y 
reflexionar al respecto, pues le continúan agravios y presiones 
laborales de quien es la máxima autoridad del CES. 
Presidente,
 ¿usted comparte este proceder? Presidente, ¿qué se puede hacer frente a
 este atropello, frente a la agravios y la posterior persecución laboral
 a docentes de la persona que usted ha puesto al frente del Consejo de 
Educación Secundaria? 
Presidente,
 me niego a ceder ante esta actitud y quiero creer que esto es algo que 
no es avalado por usted y que puede de modo alguno asegurar nuestro 
legítimo derecho a expresarnos con respeto y a cuestionar lo que 
argumentativamente nos parece cuestionable sobre lo que a diario vivimos
 los docentes, sin tener que por ello padecer insultos y acosos. 
Si
 el mundo adulto y las máximas autoridades nacionales no son las 
primeras en enviar señales claras respecto de que hay formas de proceder
 que no pueden ser permitidas bajo ningún punto de vista y que todo 
accionar indebido tiene una consecuencia, la tarea en aula con nuestros 
alumnos será cada vez más difícil de afrontar, particularmente en lo que
 refiere a nuestra constante prédica respecto de los valores deseables 
que deben transitar en una comunidad. 
Si
 de violencia hablábamos en el programa televisivo, este tipo de 
acciones son parte de la violencia verbal y simbólica que debemos evitar
 a toda costa, máxime si proviene de un referente de autoridad. 
En
 su respuesta a este tipo de situaciones, Presidente, está también la 
llave para preservar y mejorar lo que es nuestra principal riqueza como 
sociedad.
 
